Divorcio en México: Desigualdad y Aspectos Legales

La regulación patrimonial de las uniones afectivas en México, en especial el ámbito del matrimonio, es un tema de gran complejidad que involucra múltiples dimensiones. El recorrido histórico del divorcio en México ha sido marcado por cambios legislativos en busca de adaptarse a las demandas cambiantes de la sociedad a lo largo del tiempo. Sin embargo, este proceso ha estado acompañado de controversias y debates en torno al impacto del divorcio en la institución matrimonial y en la estabilidad familiar.

Un factor clave es la desigualdad económica, especialmente después del divorcio. Las mujeres, con frecuencia, resultan económicamente más afectadas debido a roles tradicionales en el hogar. Dedicar tiempo al cuidado del hogar y de los hijos reduce su capacidad para generar ingresos. Las brechas salariales entre géneros también agravan esta desigualdad.

En México, tres tipos de divorcio son identificables: por causales, por mutuo acuerdo y unilateral o incausado. El divorcio judicial por causales se solicita debido a una causa legalmente establecida, como el adulterio o la violencia intrafamiliar. El divorcio por mutuo acuerdo implica consenso en poner fin al matrimonio y en los términos de su disolución. El divorcio unilateral no requiere alegar causa, basta con que una parte manifieste su voluntad de poner fin al matrimonio.

La regulación patrimonial juega un rol crucial. En el régimen de sociedad conyugal, los bienes adquiridos durante el matrimonio son propiedad conjunta, mientras que en separación de bienes, cada cónyuge es dueño de lo adquirido. La falta de elección implica el régimen de sociedad conyugal. Sin embargo, es posible que se haya establecido un pacto de sociedad conyugal para ciertos bienes bajo separación de bienes, complicando la distribución tras el divorcio.

La distribución de bienes es un tema complejo y debe analizarse caso por caso. Además, el divorcio afecta la distribución del trabajo doméstico y cuidado, con implicaciones particularmente severas para las mujeres. Muchas asumen este rol, limitando sus oportunidades de empleo. Tras el divorcio, la responsabilidad financiera puede recaer en ellas, mientras mantienen el cuidado de los hijos.

El deber de dar alimentos también se mantiene en las parejas casadas y concubinatos en caso de divorcio, en especial para hijos menores. En algunos casos, la pensión también puede incluir al cónyuge con custodia de los hijos.

En resumen, la regulación patrimonial en las uniones afectivas en México, en particular el matrimonio, es un terreno complejo. El divorcio ha tenido cambios a lo largo del tiempo, reflejando la evolución de la sociedad. La desigualdad económica, la distribución de bienes y las implicaciones en las responsabilidades de cuidado son elementos centrales en esta discusión. La perspectiva de género debe considerarse para asegurar una regulación equitativa y justa.

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